Ganas de dejar su cargo de ministro de Educación, por ahora, no tiene. Al contrario, a Harald Beyer le gustaría quedarse al menos dos años más para terminar su gran cruzada: mejorar en general la educación en todas sus etapas y, en particular, la parvularia.
Si se observa la discusión sobre educación aparecen tres problemas que preocupan a la opinión pública: calidad, acceso y lucro ¿Está de acuerdo?
El problema del lucro no es real. Está instalado en la opinión pública, pero desde el punto de vista de lo que requiere el sistema no está aquí el problema. Agregaría que el tercer eje en lo que se menciona es que hay un desequilibrio muy grande en el sistema entre instituciones que están muy protegidas y estudiantes que están, de alguna forma, muy poco protegidos. Y eso se nota con especial fuerza en educación superior, porque en la escolar algo se ha hecho con la instalación de la Superintendencia y con la Agencia de Calidad. Pero en educación superior ese camino no está muy bien trazado todavía. Por tanto, ese es el principal desafío y eso es un poco lo que el gobierno se propuso: calidad y acceso. A eso le agregaría equidad en el sentido de que el sistema ha estado mejorando, pero mantiene las brechas en forma importante entre niños más aventajados y los menos.
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