La historia demuestra que Francisco Javier Errázuriz es un hueso duro de roer. Y de eso ya sabe el Estado Alemán, el cual desde el año 2000 se encuentra inmerso en una contienda judicial en contra de Inversiones Errázuriz Limitada (Inverraz), la que fuese la matriz de todas las inversiones del empresario chileno y su familia, por una deuda que ascendería a los $40.000 millones con el banco estatal alemán Kreditanstait für Wiederaufbau (KfW). Más reajustes e intereses, el monto se elevaría a unos US$100 millones.
El Estado alemán, representado por el abogado Gerardo Ovalle, parecía llegar al fin de esta contienda con éxito en marzo de 2011, cuando en primera instancia el 3° juzgado civil de Santiago declaró la quiebra de Inverraz. Sin embargo, se trató sólo del comienzo de un nuevo capítulo de esta pugna.
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