El ánimo de los inversionistas parece estar cambiando, al menos en el corto plazo, producto de la temporada de resultados corporativos.
El Standard & Poor’s 500, considerado el índice bursátil más representativo de la situación real del mercado y uno de los más importantes de EEUU, ha cerrado al alza durante dos días consecutivos, luego de terminar a la baja en siete de las últimas ocho jornadas.
Y es que hasta hace pocos días, primaban las preocupaciones respecto de la recuperación económica, mientras que los inversionistas esperaban que entre abril y junio se diera la primera caída trimestral de los resultados de empresas en casi tres años.
Pero ayer se empezó a consolidar un incipiente cambio de ánimo entre los inversionistas, gracias a que los resultados de empresas que se han ido conociendo han estado por sobre lo esperado.
Si bien sólo 63 compañías del S&P 500 han reportado sus resultados, según una compilado de datos de Bloomberg, el 73% de ellas han sorprendido positivamente en términos de ingresos, superado las expectativas de los analistas. En total, hasta el momento han disminuido 4,6%.
MÁS OPTIMISMO PERO CON CAUTELA
Prueba de este cambio de percepción es que ayer subieron las materias primas, monedas y la mayoría de las bolsas (ver tabla). Es más, en la última semana el S&P 500 ha avanzado 2,34%, el dólar ha bajado 0,83% ($4,1) y el petróleo ha escalado 4,66%.
Para Álvaro Pereyra, presidente de Aqoras Trading LLC, el hecho de que el índice Dow Jones se encuentre rondando los 13.000 puntos da indicios de que hay una mejor disposición hacia la renta variable por un segmento de mercado.
Explica que hay dos aspectos que están influyendo. Por un lado, los analistas están enfocados en resultados, mientras que otros están viendo una mayor probabilidad de que la Reserva Federal eventualmente inyecte una nueva ronda de liquidez (QE3). “Esto quiere decir que en el corto plazo pareciese que ha mejorado la confianza del inversionista”, explica.
Una visión similar tiene Héctor Neyra, gerente general de Zurich AGF, aunque advierte que la tendencia de mediano plazo dependerá de la evolución de la crisis europea, el grado de desaceleración de China y las negociaciones en Estados Unidos para extender los beneficios tributarios otorgados durante la crisis.
En ese sentido, Álvaro Pereyra enfatiza que “debemos tomar en cuenta que las tasas de los bonos del Tesoro (históricamente considerados un refugio en épocas de turbulencia) a 10 años siguen girando en torno a 1,5%, lo cual da indicios que la aversión al riesgo sigue bastante presente en otro segmento de mercado”.
¿MOMENTO DE ENTRAR?
Si bien el mercado ha repuntado, no es claro si es oportuno apostar por acciones. “Las valorizaciones están en niveles atractivos, pero esperamos que la volatilidad siga en el corto plazo y aún no tomaríamos posiciones”, concluyó Neyra.
Vía Pulso.