Los 10 desafíos que enfrenta la industria del vino en Chile

La estrategia 2020 de Vinos de Chile contempla superar los US$3.000 millones en exportaciones y mover US$840 millones en el mercado local. La apuesta está en el valor. Aunque siempre hay piedras en el camino, el sector está preparado para elevar sus precios y promover el consumo en el país y el mundo. F. ROMO, A. SÁEZ Y A. SAN MARTÍN

La industria del vino nacional no espera cerrar u n 2012 con grandes resultados. Sin embargo, está trabajando con una mirada de largo plazo, para duplicar sus exportaciones a 2020 y reconquistar a los chilenos. Parte de la estrategia a nivel local es aumentar la venta de espumantes.

Los desafíos que más preocupan hoy son los altos costos de la energía y la escasez de mano de obra, que fue un gran problema en la cosecha para los viñateros, pues ha habido gran demanda de personal, especialmente en la minería. A esto se suma más inversiones en promoción y llegar a nuevos mercados.

A nivel mundial, Vinos de Chile, se propuso crear el status de categoría para Chile, separándolo de “New World” u otros. Así, la industria espera lograr recordación y percepción. Y elevar las ventas.

Además, la industria trabaja en ofrecer un diverso  mix de productos y en ampliar sus canales de distribución, con especial énfasis en los on trade y especialistas. Habrá también distintos segmentos de precio, pero el foco estará puesto en vinos con un valor superior a los US$10 la botella en retail.

En cuanto a cepas, el Cabernet Sauvignon seguirá siendo el líder indiscutido. Pero el Carmenere será la apuesta diferenciadora. En blancos lidera el Sauvignon Blanc, que es de las más vendidas en Reino Unido. Syrah y Pinto Noir promoverán las zonas costeras y frías.

El desafío en plantaciones apunta a alcanzar 160 mil hectáreas en 2020 y los enólogos y viticultores tendrán la misión de explorar y experimentar buscando nuevos terroirs. Así, Chile hará gala de su diversidad, de sus vinos con identidad y expresión, para batirse de cerca con los mejores vinos del mundo. Esa es la apuesta.

Competir con altos precios de la energía

Es un inconveniente transversal y del cual la industria del vino no se escapa. El alto precio de la energía llegó para quedarse, aumentando considerablemente los costos de esta actividad.

“Hemos notado un alza en el valor de la energía desde hace unos tres años, por eso elaboramos un plan de ahorro con el fin de optimizar nuestros procesos. Acá debemos tener claro que esto nos afecta como a cualquier industria”, dice Marco Antonio de Martino, gerente comercial de Viña De Martino.

Según estimaciones del sector, el uso de energía representa cerca de un 20% de los costos totales de producción, los cuales aumentan considerablemente en el proceso de vendimia.

“En esa etapa se hace más intensivo el uso de energía. En cuanto a las soluciones, nosotros descartamos irnos a otros países, por ejemplo, ya que creemos que las condiciones de nuestra tierra para la producción son irreemplazables”, destaca de Martino.

Cómo producir con una escasa mano de obra

Es un problema en aumento. Se estima que el déficit de mano de obra agrícola  ha aumentado más de un 30% en los últimos dos años.  Sin embargo, es en la viticultura donde este problema se acentúa aún más, debido a la especialización que deben adquirir los trabajadores de las viñas premium de nuestro país.

“Es muy complicado para nosotros que producimos vinos de calidad, ya que los procesos manuales son cada vez más importantes. Además, hay mucho tiempo invertido en capacitación y enseñar las técnicas que utilizamos”, explica Marco Antonio de Martino.

¿La solución?  Según la industria, la salida para enfrentar esta compleja situación pasa por abrir las fronteras a trabajadores extranjeros y elevar el uso de tecnologías.

“Muchas viñas creen que éstas serían las soluciones para el déficit, es inevitable que en la industria se opte por procesos más mecanizados, donde se necesite menos trabajadores”, afirma el gerente comercial de Viña De Martino.

Distribución y logística: cómo llegar al mundo

Acercarse más a los mercados e invertir en oficinas propias, con personal de la viña en los principales mercados como Inglaterra, Estados Unidos, Asia, Brasil y algunos en países de Europa. Esto es parte de la estrategia para mejorar la distribución del vino chileno en el mundo.

En algunos casos, la empresa vitivinícola nacional se establece en un país y genera su propio canal de distribución. Quizá el mejor ejemplo sea el gigante Concha y Toro,  que ha perseguido tener una posición directa de distribución en los mercados en los que participa.

Otras bodegas nacionales trabajan con compañías especializadas, que ofrecen el servicio de distribución en restaurantes, por ejemplo, promoviendo gran variedad de marcas y prestando una atención eficiente. Las viñas más pequeñas se apoyan en mayoristas para llegar al pequeño retail.

Para toda la industria, el gran sueño es que en cada lugar del mundo esté presente el vino chileno.

El desafío de aumentar el consumo local

El objetivo de Vinos de Chile al 2020 es llegar a ventas por US$840 millones en el mercado interno. Al igual que en el exterior, el foco estará puesto en los vinos premium. Además, se trabajará en el desarrollo de productos con menor graduación alcohólica y se impulsará el consumo de espumantes.

Parte de la misión del gremio será promover la educación y cultura del vino como bebida de identidad nacional, con el fin de lograr un mayor consumo de vinos finos embotellados. Aumentar la participación de mercado de esta categoría en volumen y valor y atraer a consumidores desde otros bebestibles  es el objetivo, para elevar el consumo a 17 litros per cápita anuales.

Crecer en el consumo de espumantes

En 2011, la categoría de vinos espumantes creció 13,7% en volumen y 12,8% en ingresos. Para aprovechar su potencial, hoy los productores tienen una clara estrategia. Se están definiendo categorías, como la del método tradicional, la del producto más étnico y la de los charmat que son más industriales. “El espumante tiene la gracia de que es un vino que puede competir perfectamente con un aperitivo y también puede adaptarse a una comida. Es muy versátil”, afirma el gerente de Vinos de Chile, Claudio Cilveti.

En Chile, los espumantes son preferidos por las mujeres, debido a que son más livianos y menos calóricos que otros productos con más alcohol.

Las consecuencias  de la reforma tributaria

Sin mayor impacto en la industria. O al menos así lo afirman algunos de los más importantes productores de vino luego de que el gobierno incrementara el impuesto a los licores sobre 41 grados.

Para el vino, el impuesto se mantuvo en 15%, aunque con cuestionamientos. “Los empresarios estamos tratando de prosperar y mientras nos pongan barreras se nos complica la vida”, explica Aurelio Montes , de Viña Montes.  Pero hay confianza de que en los próximos seis meses el escenario se ordene. Esto, en tanto el país consuma vino de mayor calidad a medida que las personas ganen más. Eso sí, dicen en el mercado que el impuesto no será una mayor complicación en la medida que se usen bien las platas.

Elevar los precios internacionales

“Hay mercados donde la posición de Chile es alta en calidad.  En Corea, el vino chileno se vende a precios muy buenos. Esa es la forma ideal de entrar a un mercado”, sostiene el gerente de Vinos de Chile, Claudio Cilveti.

La estrategia de la industria  es mostrar al consumidor productos ultrapremium que son incluso más convenientes que la competencia. “Estamos generando degustaciones de vinos ultra premium en Sao Paulo, en Nueva York, en Asia, para abrir los ojos del trade y de los periodistas”, afirma el ejecutivo.

Se busca lograr un cambio de percepción de que Chile produce sólo vinos comerciales, para superar los US$37 de precio promedio a 2020.

En la búsqueda de nuevos mercados

Desde que Chile comenzó a exportar ha avanzado abriendo mercados. Estados Unidos tradicionalmente ha sido el más importante, pero hay un gran potencial en Asia y los exportadores de vino chileno están jugándose sus cartas para aprovechar la gran cantidad de consumidores que ofrece ese continente.

Prochile aprobó una campaña para medios on line en China de US$1,5 millón de financiamiento y Vinos de Chile invertirá otro tanto para promoción.  Se acordó también establecer una oficina comercial de Wines of Chile en Asia.

A eso se suma la gran cantidad de degustaciones que se realizan en Asia, las giras que efectúan las viñas y hacer todo lo que sea necesario para posicionar al vino en un continente donde las importaciones aún no alcanzan el 10%.

El foco estará en Corea, Japón, Hong Kong y China. Las acciones dependerán de  cada mercado, dadas las grandes diferencias entre cada país.

Aumentar la inversión para las promociones

Uno de los principales productos que han mejorado su imagen es el vino chileno. En la  industria señalan que hace no más de 10 años la imagen del vino nacional era de “bueno y barato”. Sin embargo, cada vez se producen embotellados de mayor calidad, logrando entrar a nichos internacionales como lo es el fútbol, aerolíneas y, sin duda, la cocina gourmet a nivel internacional. Sin embargo, los US$10 millones anuales que el gobierno destina para su promoción internacional -y que Vinos de Chile busca aumentar en otros US$3 millones- no serían suficientes. Es más, sería el propio trabajo de las viñas el que ha posicionado cada vez más el vino chileno en el extranjero. Así lo explica Aurelio Montes. “Subir US$3 millones sirve, pero Australia invierte US$100 millones. Chile ha ganado prestigio, pero ha sido un mérito de cada una de las viñas. No hay un gran mérito del gobierno ni de ProChile”, enfatiza. ¿Estamos a tiempo? Las viñas dicen que sí, pero debe hacerse rápido.

Ante el proteccionismo extranjero, la calma

Uno de los escenarios más complejos que enfrentaría la industria sería las posibles salvaguardas de Brasil para proteger la producción local de vino fino. Según Aurelio Montes, presidente de Viña Montes, de concretarse estas salvaguardas Chile quedaría en desmedro sin tener nada que hacer. “Es complicado, tendríamos una cuota muy limitada y eso nos pega en el alma como pasó con Argentina”, precisa.

Pero también hay cierta calma en el aire. Para José Guilisasti, gerente general de Viña Emiliana, este tipo de argumentos no funciona. Incluso, espera que el Departamento de Defensa Comercial del Ministerio de Comercio de Brasil falle a favor de Chile.  “Yo creo que todo se va a arreglar. Si no, hay que seguir la pelea. Ahí se entraría a políticas de gobierno para respetar las partes”, señala Guilisasti.

Vía Pulso.