“No tenemos por qué salvar a todos los bancos si no es estrictamente necesario”. Así justifica un alto funcionario europeo la petición que harála Comisión Europeaa España a cambio del préstamo de 100.000 millones de euros para sanear la banca: el cierre de las entidades problemáticas cuya quiebra no desestabilice la economía. “Hay casos en que habrá que liquidar entidades”, ha agregado el alto funcionario.La Unióneuropea quiere “evitar al máximo que se utilice dinero público”, de modo que “si hay entidades que deben quebrar, quebrarán”.
Así, ningún banco con problemas recibiría ayuda hasta que no presente un plan de reestructuración que garantice su viabilidad futura sin subvenciones y limite las distorsiones de competencia.
Para comprobar su viabilidad se ‘apretarán las tuercas’ a las entidades. Los bancos que pidan fondos públicos deberán abonar un interés de al menos el 8,5%, frente al tipo del 3% que pagará España por la inyección al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB).
El objetivo de este tipo “casi prohibitivo” es empujar a los bancos a intentar lograr la recapitalización financiándose en los mercados, con la venta de activos o fusiones.
“Si alguna entidad por los mecanismos de mercado no llega a cubrir esas necesidades y se considera que su liquidación podría tener un impacto sistémico en la economía española ahí habría intervención pública, con condiciones muy estrictas”, han explicado las fuentes consultadas.
Bruselas cree que pude haber actores en el mercado, tanto nacionales como internacionales, interesados en adquirir activos en el mercado bancario español. Aunque en estos momentos ninguna operación puede considerarse libre de riesgo, “hay inversiones que pueden ser prometedoras” porque la crisis terminará y el sistema financiero español resulta “interesante” por su proyección en otras regiones del mundo como América Latina.