La victoria de Mitt Romney en Ohio, donde estaba centrada la atención de este martes ya ningún republicano ha llegado ala Presidenciasin haber ganado allí, fue muy estrecha, por apenas 1 punto, por lo que no logró dar un golpe definitivo a su principal rival, el ultraconservador Rick Santorum, con quien polarizó las últimas elecciones.
El ex gobernador de Massachussets se impuso además en su estado con una aplastante diferencia (72% contra 12% de Santorum). Ganó también en Vermont (40%) y Virginia (60%), y en las asambleas partidarias de Idaho (73,3) y Alaska (33%).
Esas cinco victorias no son garantía de que Romney logrará erigirse como el líder indiscutido para ganar la nominación. Es que Santorum se quedó con Tennessee (37%) y Oklahoma (34%), y ganó el caucus en Dakota del Norte. Y el 37% que consiguió en Ohio, contra el 38% de Santorum, prolonga, necesariamente, su campaña electoral.
En tanto, el ultraconservador Gingrich, ex presidente dela Cámarade Representantes ganó las primarias de Georgia (47%), su estado, tal como se esperaba. Y Ron Paul, quien apostaba a sostener su fortaleza en los caucus, no consiguió su premio ni pudo ganar en Alaska, donde se esperaba una victoria.
Con los resultados a la vista, Romney avanzó hacia los 1.144 delegados necesarios para ganar la nominación del partido, pero los resultados enfatizan su continua incapacidad para conquistar a amplios sectores de la base republicana, que ven con recelo su pasado como un gobernador moderado de Massachusetts.