Desde el 1 de julio, la Unión Europea impondrá un embargo total a las importaciones de petróleo iraní para forzar a Teherán a volver a la mesa de negociaciones para discutir su programa nuclear. Irán por su parte amenazó con cortar el suministro y cerrar el puerto de Ormuz, lo que se prevé implicará un alza mundial en el precio del crudo.