El centro histórico de la capital, surgida incluso antes de la fundación de Santiago, es la Plaza de Armas.
Según una investigación dada a conocer este año, realizada por Gonzalo Sotomayor y Rubén Stehberg, cuando llegaron los españoles, la plaza ya era una importante sede del Imperio Inca. De acuerdo a lo arrojado por el estudio del que parte publicó La Tercera, “este centro habría tenido una importante red vial, con acequias donde se practicaba la hidroagricultura y extracción de minerales como plata y oro, además de conectar con provincias del Tawantinsuyo. Uno de los primeros indicios lo encontraron en las actas del Cabildo de 1541 donde se indica que Valdivia fue nombrado gobernador “en el tambo grande que está junto a la plaza de esta ciudad”.
Pedro de Valdivia, al fundar Santiago, le pidió al alarife Pedro de Gamboa que construyera la ciudad siguiendo el patrón de las ciudades otorgado por la corona española, y es por esto que en la Plaza de Armas se instaló el cabildo, la Casa de los Gobernadores, la Real Audiencia y la Iglesia Mayor.
En un principio este lugar se llamó Plaza Mayor, pero luego del ataque indígena al lugar, se denominó Plaza de Armas debido al carácter de campamento militar que adoptó la ciudad una vez reconstruida.