El primer barrio planificado de Santiago, años antes de convertirse en Yungay, fue conocida como “el llano de Portales” porque las 350 hectáreas pertenecían a José Santiago Portales Larraín, padre de Diego Portales.
Cuando José Santiago Portales murió, las tierras se dividieron entre los hermanos, muchas de las cuales fueron vendidas. Parte fue comprada por el Estado donde crearon la Quinta Normal.
En 1839, terminada la guerra guerra contra la confederación Perú-Boliviana, Joaquín Prieto, el presidente de la época, decidió celebrar el triunfo, firmando un decreto que dio al barrio el nombre de la batalla de la victoria: Yungay. Y desde 1840 llegaron a vivir a la zona profesores, estadistas y personas ligadas al trabajo público como Ignacio Domeyko y Amado Pissis.
Uno de los hitos del barrio ocurrió en en 1888 cuando se inauguró el principal símbolo urbano de Yungay: el monumento al roto chileno del escultor Virginio Arias.
Desde sus inicios el Barrio Yungay ha sido retratado en novelas y canciones. Siempre ha mantenido un estilo de vida de pueblo que pareciera estar fuera de la ciudad y se mantienen tradiciones que en otros barrios han desparecido, como el carnaval que cada 20 de enero se sigue celebrando.
Hoy el Barrio Yungay sigue estando más vivo que nunca y es una de las principales zonas turísticas de la capital.
Bibliotecas, museos, cafés y restaurantes coronan este barrio antiguo y clásico de Sabtiago donde siempre hay panoramas ligados a la cultura y las artes.