30 años sin Kurt Cobain
Rebelde, depresivo y prodigio. Acá el último concierto de Nirvana y los últimos días del hombre que gestó el grunge.
Hace 30 años Kurt Cobain fue encontrado muerto en su casa en Seattle. Junto a él, una carta suicida decía entre sus líneas: “Es mejor estar quemado que desvanecerse”.
De esa forma la vida del frontman de Nirvana y figura indiscutible del Grunge se terminó. No así su fascinante legado musical e icónico, que desde la depresión sacudió con fuerza a toda una generación rockera.
A fines de los ochenta, la costa Oeste de los EE.UU. gestó un movimiento musical que veía con recelo todo lo que oliera a reglas y economía, que hizo de las guitarras su principal arma para hablar del mundo, pero también de lo seres humanos que vivían en él. El grunge, un punk metal que conquistaría a toda una generación.
Kurt Cobain fue el impulsor del grunge, transgresor, estrella musical, desequilibrado, Cobain sumó epítetos a su precoz leyenda. De paso, aportó a la banda sonora de los noventas.
Nirvana fue el brazo armado de las ideas de Cobain y junto a Dave Grohl y Krist Novoselic, se apropió de los rankings del mundo con un puñado de canciones emblemáticas. Por eso el 5 de abril de 1994, cuando se confirmó el rumor de la muerte del cantante y guitarrista, el rock entró en una etapa de desgano y reflexión. Con sólo 27 años, Cobain se disparó con una escopeta y cerró la primera mitad de la década con un silencio inesperado.
El último concierto
La última vez que Kurt Cobain se subió a un escenario, fue en Alemania, en el marco de la gira promocional de In Utero que llevó a Nirvana por varios países de Europa.
El concierto fue todo lo que no se esperaría de un último concierto. Hace días Cobain tenía dolores en su garganta producto de una laringitis y bronquitis, molestia que le impidió presentarse a la prueba de sonido. Pero eso no fue todo, cuando el concierto llevaba una hora, pero estaba lejos de terminarse, el Terminal 1 Flughafen München de Múnich tuvo un corte de luz generalizado que se extendió por varios minutos.
Y, como era de esperarse, la voz de Cobain no logró su esplendor, algo que se puede escuchar en algunos registros del concierto. El que fue el último sin que nadie lo supiera, porque debido al estado de salud de Cobain, cancelaron el resto de la gira.
Sus últimos días
Después de que su señora, Courtney Love y sus compañeros de banda le hicieran ver la urgencia de que entrara en rehabilitación para dejar su adicción a la heroína, Cobain accedió y se internó en el centro de desintoxicación Exodus de Los Ángel, lugar del que se escapó saltando la pared dos días después.
Lo que pasó luego de su escape está lleno de mitos y leyendas, pero algunas cosas se han confirmado. Como que tomó un avión a Seattle y que compartió asiento con Duff McKagan, bajista de Guns N’ Roses. Que juntos se drogaron con heroína y prometieron que esa sería la última vez.
Luego arrendó una pieza en el motel Marco Polo con el nombre de Bill Bailey, verdadero nombre de Axl Rose, donde también se drogó.
Después fue a su casa donde en el garage se inyectó una triple dosis de heroína y puso una escopeta Remington calibre 22 entre sus piernas apunándose a la barbilla. El disparo terminó con su vida.
En la nota de suicido, que fue encontrada días después, expresa que tenía miedo de que su hija terminara “convertida en una rockera miserable, autodestructiva y muerta como yo. Su vida será más feliz sin mí. Frances me recuerda lo que yo fui: llena de amor y alegría, besando a todas las personas que conoce porque son buenas y no van a hacerle daño. Quiero demasiado a la gente, tanto que me pone triste y no soy capaz de superar la frustración, la culpabilidad y la empatía que siento hacia todo el mundo”.
En al misma nota dice: “Ya hace demasiado tiempo que no me emociono escuchando, creando o escribiendo música, ni siquiera haciendo rock and roll. Me siento increíblemente culpable”.
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