Cerca de 3.000 personas se reunieron en las calles de la ciudad irlandesa de Bray para darle un último adiós a la cantante Sinéad O’Connor, fallecida el pasado 26 de julio.
Los funerales de la artista se realizaron en una ceremonia privada a la que asistieron el Presidente de Irlanda, Michael D. Higgins, la banda U2 y el cantante Bob Geldof, entre otros.
Posteriormente los restos de O’Connor recorrieron la ciudad a bordo de un vehículo funerario que iba reproduciendo canciones suyas y de Bob Marley.
En la procesión, muchos de los fans de O’Connor aplaudieron y arrojaron flores en el coche que lleva el ataúd mientras otros portaban carteles de despedida en honor a la artista, quien estaba terminando un álbum antes de su muerte, según dieron a conocer sus representantes Kenneth y Carl Papenfus, en el sitio de internet de su agencia, 67 Gestion.
En el lugar también se vio a otro vehículo que portaba la bandera LGBTQ+ que difundía las canciones más conocidas de Sinéad O’Connor. “Era tan rebelde, empoderada e inspiradora, y mi madre odiaba que escuchara su música”, señaló Ruth O’Shea, una fanática que acudió al homenaje junto a sus dos hijas.
A los 56 años falleció la artistas, por causas que aún no han sido esclarecidas, aunque la policía local aseguró que no hay terceros involucrados.