Como comentó Ignacio Olivares en Suena Bien, el documental “Bitchin” de Rick James habla de su grandeza musical, pero también de sus depravaciones y abusos. Algo que vuelve a abrir el debate de si hay que dejar de escuchar a los genios musicales que cometen delitos.
Inventó el punk funk y llegando a la cima, se volvió drogadicto, maltratador y por ejemplo, conoció a una de sus hijas cuando tenía 13 años.
Se casó con una mujer de 17 años cuando tenía 40 y hacía orgías, se drogaban, torturaron a una mujer y por eso va a la cárcel. Después de salir, nadie quería grabar con él y desapareció de la escena, muriendo en 2004 con una sobredosis.