Las plataformas como Spotify y Apple Music están siendo apuntadas por los músicos británicos que se reunieron, nuevamente, para exigir que paguen de manera justa las reproducciones de su música.
La carta, adjunta por más de 200 músicos, también exige al primer ministro Boris Johnson que el gobierno realice una regulación efectiva de las tecnologías.
Entre los músicos que adscriben a la petición, están Rolling Stone, Coldplay, Paul McCartney, Tom Jones, Yoko Ono, Van Morrison, Sting Kate Bush y Noel Gallagher.
Naciones Unidas también apoyó la moción a través de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.
La carta
En la carta abierta se lee “Necesitamos un organismo regulador que nos asegure un trato justo por parte de estas plataformas y que además esté supervisado por la ley”.
La carta fue publicada por la Music Producers Guild (MPG) y la Musicians’ Union, sindicatos que representan a los músicos y a quienes forman parte del mundo de la música británica.
“Reino Unido tiene una larga y orgullosa historia en la que siempre hemos protegido a nuestros productores, emprendedores e inventores. Creemos que todos estos creadores británicos merecen la misma protección que se obtiene en otras industrias cuando su trabajo se ve devaluado”, también se lee.
Over 75 artists including The Rolling Stones add their names to the #FixStreaming call.
It’s time for @BorisJohnson to put the value of music back where it belongs – in your hands.
Read more ➡️ https://t.co/1ViDLI2eZE
Sign the petition ➡️ https://t.co/FwC1iobMNf#BrokenRecord pic.twitter.com/0S5crB0VLF
— Musicians’ Union (@WeAreTheMU) June 7, 2021
Agregando, “si conseguimos arreglar estos problemas, haremos del Reino Unido el mejor lugar del mundo para ser músico, productor o letrista, permitiendo que nuestros estudios de grabación y nuestros escenarios resurjan de nuevo. Si lo hacemos, reforzaremos nuestra posición hegemónica en el sector cultural, fortaleceremos el mercado y permitiremos que florezca una nueva generación de talento”.
Una demanda que se produce en el marco de la presidencia del Reino Unido del G7, que entre otras cosas, ha realizado un acuerdo histórico para garantizar que las empresas que operan en los territorios de los países que conforman el conglomerado, no puedan tributar su actividad fuera de sus fronteras.