Catalogado como uno de los grandes genios de la música clásica, el pianista y compositor Ludwig van Beethoven hoy cumpliría 250 años.
Con un estilo único, sus melodías han sido inconfundibles a pesar de los años, las que además siguen estando vigentes: Claro de Luna, Para Elisa, Eroica o las sinfonías N°5 y N°9 son solo una pequeña parte de los trabajos más conocidos de este artista.
Nació en Bonn, Alemania, el 16 de diciembre de 1770 y aunque el día de su nacimiento no está del todo acreditado, es la fecha más aceptada debido a que su bautizo fue inscrito un día después.
De familia humilde y con tradición musical (su abuelo era músico y su padre enseñaba violín y piano), Ludwig tuvo su primera presentación pública a los seis años, más tarde cuando ya tenía más edad se estableció en Viena donde empezó a hacerse conocido como compositor.
Josep Haydn, otro reconocido compositor, fue uno de sus grandes mentores y aunque se sabe que Beethoven era contemporáneo con Mozart se desconoce si alguna vez se conocieron.
Uno de los rasgos mas conocidos del artista es que fue perdiendo el oído con el tiempo, empezó con una tinnitus, pero no se sabe con certeza que le causó la sordera total. Cuando estrenó la Novena Sinfonía, con la Oda a la Alegría, no pudo escuchar los aplausos del público, momento que ha sido retratado en diversas películas.
A pesar de que su estado de salud se fue deteriorando con el tiempo continuó con su trabajo de composición, combatiendo su sordera con unos auxiliares auditivos disponibles en su época, y a medida que esta aumentó encontró otras maneras de sobrellevarlo.
Esto fue la conducción ósea, conectó una varilla de metal a su piano y mordía la otra parte, por lo que mientras tocaba música, podía sentir las vibraciones en su mandíbula y percibir sonidos. Gracias a su buena memoria y a 30 años de componer obras podía reconocer cómo sonaban los instrumentos.
Así prosiguió con su carrera y maestría hasta que falleció el 26 de marzo de 1827, a los 56 años.