Para convertirse en una de las principales estrellas del rock, indesmayable y en varios sentidos, insuperable, Michael Phillip Jagger, nació el 26 de julio de 1943 en Dartford, Inglaterra.
Adolescente ya, comenzó a tocar una armónica, pero dijo que él había nacido para cantante. Cantaba en el coro de la Iglesia, cantaba todo el día mientras hacia todo lo demás. Escuchaba a sus favoritos en la BBC y les encantaba verlos en la televisión.
Cuando llegó el momento de elegir una carrera Mike, todavía, eligió economía. Sus buenas notas le permitieron acceder a una beca para la London School of Economics, ahí decidió convertirse en Mick.
No terminó la universidad. Era 1963, el joven estudiante solicita una hora con su tutor y le pide autorización para congelar los estudios durante un año.
“Tenemos una banda dijo y me gustaría probar con la garantía de que me reservarán el cupo si decido volver”.
Estaba ya en la capital británica Brian Jones que publicó en el Jazz News un aviso para interesados en formar una banda de R&B. Respondieron Geoff Bradford y el pianista Ian Stewarrt. Unan noche tocaban en un jazz club y estaba en el público Keith Richards y tras una breve conversación, habían formado una nueva banda.
El nombre lo tomó Jones de una canción de Muddy Waters, fueron Rollin sin G y con apóstrofe durante algún tiempo, cuando la formación fue más estable, fueron y para siempre The Rolling Stones.
Dicen que Mick siempre quiso ser músico para codearse con la aristocracia, el poder y el dinero. Por el motivo que fuera su presencia en escena, su manera de hacerse cargo de la banda, su carisma y su particular estilo vocal -aunque solo en 2006 tomó su primera clase de canto-, lo convirtieron en la estrella más destellante de la banda.
Quienes lo han investigado han comprobado que es cierto que probó todo lo que llegó a sus manos, pero en todo orden de cosas, excepto en la vanidad, la moderación ha sido su arma secreta.
Se habla de la amnesia Jagger porque él lo ha olvidado todo. Su paso por la cárcel, sus coqueteos bisexuales, lo bueno y lo malo de ser la dupla de Richard, las mujeres, las malas pasadas y las malas canciones.
Un tipo pulcro, mal amigo de los gatos, lector curioso y atento, talentoso en los negocios, administrador insuperable del imperio Stones.
¡Qué sean muchos más!