Este libro narra la historia de Cosme, un niño que ha dejado de cantar porque le han dicho que tiene «oreja de tarro».
Él no entiende el porqué de ese nombre, siente que de algo le han privado en su vida: la capacidad de ser músico por naturaleza. Decidido a demostrarle al resto que tocar música es algo intrínseco para cualquier persona, Cosme emprende un largo viaje para encontrar su propia voz (y su propio canto).
De la mano de Aline, una joven estudiante del Conservatorio de Música, Cosme regresa a la música.
Escrito en primera persona por Marco Andrés Montenegro, la narración de Oreja de tarro se lee como un recuerdo, una reflexión acerca de la vida misma y de lo que significa crecer cuando las angustias y ansiedades de la preadolescencia acechan a una persona.
El libro está acompañado por las expresionistas ilustraciones en blanco y negro de Carla Infanta, una emulación al lenguaje musical y a las teclas del piano, un instrumento que, como se verá en el libro, cobra vida en la historia.