Inspirándose en su propia experiencia con con su expareja, Spike Jonze, Sofía Coppola escribió su segunda película Lost in Traslation, traducida y conocida aquí como Perdidos en Tokio.
Como ella misma ha comentado, cuando estaba en su relación con el actor y cineasta, no tenía la madurez emocional para estar en un matrimonio y muchas veces se sintió a la deriva, mientras Jonze se realizaba laboralmente alojándose de ella, lo que hacia que se pusiera introspectiva: “Era una relación de jóvenes y estar a su lado no se sentía correcto para mí y tampoco era lo que él quería”.
Y mucho de eso tiene Perdidos en Tokio que muestra eso que muchas veces se comparte en pareja más por un deber porque ambos quieren ir a distintos lugares. Prueba de ello es una de las escenas que muestra a Charlotte (Scarlett Johansson) casi invisible a la mirada de su marido John (Giovanni Ribisi) en el lobby del hotel en Tokyo mientras él habla con una hermosa actriz rubia, que casi tampoco la mira.
Es en estas circunstancias cuando Charlotte conoce a Bob Harris (Bill Murray), un hombre en crisis en su matrimonio que está por grabar un comercial de whisky en el ocaso de su carrera actoral. La conexión entre ellos es inmediata.
“Hay algo acerca de la ingenuidad que te lleva a hacer cosas de manera espontánea, libre (…). Pasé mucho tiempo en Tokio en mis 20, y quería hacer una película que hablara de mi experiencia en ese lugar2, dijo Coppola sobre la película que ya se ha transformado en un icono del cine.
La película favorita de Murray
Fue el mismo actor el que comentó que, de las películas que ha filmado, esta es su favorita. Sin embargo, hizo sufrir a Coppola. Nunca firmó el contrato y cuando ya estaba todo el equipo en Tokio para grabar, Murray era el único que no había llegado. Pero confió, porque aunque muy nerviosa, su amigo Wes Anderson le había comentado “si te dice que va a hacer la película, la va a hacer”. Siete días antes de comenzar las filmaciones, el actor llegó.
Una Scarlet Johansson adolescente
La destacada actriz tenía solo 17 años al realizar la película. “La conocí y me sorprendió esa capacidad de transmitir tanto sin la necesidad de hablar, me conecté con esa cualidad de su persona” explicó Coppola sobre la elección de Johansson para el personaje principal. Pero no todo fue espléndido para la actriz, quien contó en el podcast de iHeart Radio, Table for Two que para ella “fue muy duro”.
“Nuestros personajes [el de Murray y el suyo] tenían una relación muy profunda y eso era difícil para mí, me costó hacer esa película por muchas razones, sentí que estaba en un sueño febril”.
Y agregó: “En mi adolescencia, empecé a interpretar el papel de una mujer que era objeto de deseo y después no pude salir de ahí, quedé pegada a eso”.
La misma Coppola también comentó lo difícil que fue grabar escenas íntimas: “Fueron las más complejas (…) No sé si era porque no estaban de buen humor, pero no se llevaban bien en esos momentos, las cosas no fluían, por lo que debíamos frenar el rodaje e intentar la misma secuencia al día siguiente, recuerdo que fueron momentos tensos, porque además estábamos registrando situaciones íntimas”.
Y es que Johansson se sentía incómoda y cansada. Fueron 27 jornadas intensas de grabación y los cambios de humor de Murray no ayudaban.
¿Qué le susurra al oído?
“Lo sé, también te voy a extrañar” estaba escrito en el guión, pero lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta qué le dice Bob a Charlotte susurrándole al oído.
Hace poco se conoció que un fanático había aislado el sonido y había logrado escuchar “tengo que irme, pero no dejaré que eso se interponga entre nosotros. ¿De acuerdo?”. Sin embargo, en una reciente entrevista Johansson dijo que no se acordaba si exactamente eso había sido lo que dijo Murray.
“Dios mío, eso suena muy profundo. Probablemente mucho más profundo de lo que se dijo en realidad”, aseguró la actriz.