El mundo del Museo de los libros prohibidos

A lo largo de la historia innumerables libros fueron prohibidos o quemados por su contenido, ya que no simpatizaban con la cultura y los ideales de ciertas épocas. Sin embargo, en el siglo XXI aún existen obras censuradas por considerarse inmorales.

Museo de los Libros Prohibidos, es un recinto en Tallín, capital de Estonia, donde se encuentran libros de todo tipo. Joseph Dunningam, el fundador, contó que al leer a George Orwell le despertó el interés por crear su propia librería, ya que reflexionó sobre la censura y la libertad de expresión.

En el lugar se encuentran diversos tipos de libros y de diferentes épocas, como ‘1984’ de Orwell, la novela erótica ‘Cincuenta Sombras de Grey’ de E. L. James o la autobiográfica lésbica ‘Fun Home’, de Alison Bechdel.

Dunningam afirmó que cuando joven vivió en China y quedo muy impresionado respecto a la censura del país. “Allí vi muchos tipos de restricciones, en especial sobre lo que puedes o no decir, pero lo más perturbador es cómo la población en general cede ante la censura”.

¿Qué libros se seleccionan para el museo?

El museo organiza sus libros por países, cada uno tiene una tendencia particular de censura. “Por ejemplo, Reino Unido tiende a relacionarse con temáticas de sexo, Rusia con idea políticas y Estados Unidos, la protección a los niños en temas sensibles” afirmó Dunningam.

El fundador comentó que “espero que pronto tengamos también una sección dedicada a España”. Ya que reveló que está estudiando la censura que hicieron durante la dictadura franquista, “espero poder hacer ese acercamiento profundo a la historia de España del siglo XX” agregó.

También, dijo que la selección se los libros pasan por un proceso de estudio y revisión antes de exponerlo en el museo.

“No quiero hacerlo sin la investigación previa necesaria. Hay que tener un gran conocimiento del tema, recolectar un gran número de libros y solo entonces exhibirlos al público. Así es como solemos hacerlo”.

¿Cómo lo han hecho en pandemia?

El museo abrió en noviembre del año pasado, pero tuvo que cerrar debido al alzas de contagios de coronavirus en el país.  “El museo es pequeño y es un reto mantenerlo abierto, en especial durante la pandemia”, dice Dunningam.

Si bien el recinto está cerrado, mantiene en paralelo un club de lectura virtual donde se comentan distintos títulos, como ‘El Príncipe de Maquiavelo’, el cual fue el último en analizarse.

Además, explicó que el museo está registrado como una empresa social y el dinero que entra va directo a su mantención. Él aclara que los ingresos vienen de donaciones, venta de algunos libros o mercancía y también de su propio bolsillo.