Las ansias de estar a tu lado y abrazarte me susurraban al oído.
El tiempo transcurrido sin duda ha dejado espacios vacíos y los abrazos quedaron congelados, junto con nuestras miradas.
La vida siempre se encarga de todo y así emprendí el vuelo hacia mi tierra antes de lo previsto.
En un recorrido de silencio y poca cercanía al mundo de personas que me rodeaba las horas se hicieron eternas, mas mi llegada fue segura y sin contratiempos.
Mi pequeño ser de amor, ahora debo tomar distancia obligatoria, pero el solo hecho de saberte más cerca tranquiliza a este corazón que te ama.
He renunciado a la pena, a las lágrimas y a quedarme sentada sintiendo lástima de mi misma. Me reconforto con que la distancia es menor y que me dieras la sorpresa de verte a dos metros con tu cabello dorado más la sonrisa preciosa.
Sabremos después de estos días darnos todo el amor que nos tenemos, abrazarte y besarte mirándote a los ojos como siempre lo hacíamos.
Te amo hijo mío.
Sinceramente, tu madre
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Te invitamos a escribir en esta época de distancias obligadas