Marcel Duchamp y Salvador Dalí son dos íconos del arte moderno que parecen tener poco en común. Pero que, por esas contradicciones tan propias de la historia, fueron grandes amigos.
¿Cómo es que el padre del arte conceptual, que se negó a la comercialización de su obra, se vuelve tan cercano a este destacado pintor, conocido por perseguir la fama y saber “venderse”?
“Creo que simplemente disfrutaban de la mutua compañía: dos personas muy inteligentes y profundamente escépticas del mundo del arte … ¡Creo que se divirtieron mucho!”, explicó a la BBC la curadora de arte Dawn Ades, quien organizó en enero pasado la primera muestra conjunta de ambos artistas en Londres.
Esta relación, lejana a una rivalidad profesional, fue muy profunda. Se puede remontar a los veranos que pasaban juntos de vacaciones en Cataluña. Y corroborar a través de las colaboraciones que cada uno hizo en la obra del otro.
Por ejemplo, en 1954, Duchamp ayudó a Dalí a elaborar su “Corrida de toros surrealista”, que consistía en un toro hecho de papel maché que se incendiaba en fuegos artificiales.
Mientras que Dalí aportó en la impresión del telón de fondo del trabajo de instalación “Étant Donnés” de Duchamp, quien se dedicó a esta obra en secreto durante sus últimos 20 años de vida. Lo que deja en evidencia la confianza y cercanía que existió entre estos dos personajes.
“Fue una amistad genuina y con un respeto legítimo el uno por el otro”, agrega Ades.
Se estima que estos dos artistas se conocieron entre el 1930 y el 1933. Pudo haber sido cuando Duchamp asistió en París a una función de la película “La edad de oro” de Dalí y Luis Buñuel. Pero lo más seguro es que la amistad haya surgido en el verano del 33′, cuando el francés arrendó una casa en Cadaqués, cerca de la residencia del pintor español.
Hay fotografías, incluso, de las tardes que pasaban en compañía de sus parejas, quienes también fueron parte de la amistad. Justamente, Duchamp encontró en Gala, la pareja de Dalí, una buena oponente en el ajedrez, mientras el pintor trabajaba en su obra.
Las figuras de Dalí y Duchamp por lo general generaron división. Por eso mismo es tan curiosa su amistad. Incluso había amigos de Duchamp, como John Cage y Richard Hamilton, quienes se mostraban en desacuerdo frente al afecto que el francés guardaba por el español.
“Hay algunas personas que piensan que Duchamp básicamente asesinó al arte, y otras que piensan que Dalí era un falso, y demasiado interesado en el dinero. Prejuicios”, asegura Dawn Ades.
Al parecer Dalí y Duchamp tenían más aspectos en común de lo que se creía. Ambos tenían una posición escéptica de las formas en que se expresaba el arte en esa época y lo manifestaron con su propio estilo.