El domingo a las ocho de la noche, en el teatro Mori Parque Arauco no quedaba un asiento sin vender. Aficionados de todas las edades llegaron para presenciar “Los vecinos de arriba”, la exitosa comedia del cineasta y guionista español, Cesc Gay, que se estrenó el 19 de mayo en Chile.
La obra que debutó originalmente en 2015 en Barcelona, agotó todas las entradas y marcó el récord histórico en el Teatro Romea. La misma recepción del público y la crítica tuvo en 2016 cuando se montó en Madrid. El mes pasado la creación de Gay llegó a Buenos Aires.
La versión chilena, dirigida por Alejandro Goic, contó con la actuación de Luciano Cruz-Coke, Catalina Guerra, Mónica Godoy y Cristián Riquelme.
Los personajes, dos parejas de vecinos de un mismo edificio, absolutamente opuestas, se reunen en una velada donde la conversación va, de a poco, subiendo peligrosamente de tono. “Los vecinos de arriba” utiliza el choque entre ambos matrimonios para reflexiona sobre la vida en pareja y la sexualidad con, y sin sus convicciones sociales.
Un guión fresco y rápido que durante casi toda la obra te ahoga en carcajadas y entremedio te apreta la garganta por las ganas de llorar.