“Un par de toqueteos en el culo y arman la grande. En su vida les hicieron cariño a esos mocosos de mierda y ahora se escandalizan porque uno fue cariñoso”.
La frase es de un obispo que está a punto de ser homenajeado por su comunidad. A pesar de su trabajo al mando de un hogar de acogida para niños, de su pasado detenido en dictadura y defendiendo los derechos humanos, el homenaje peligra porque el obispo es un brutal abusador de niños. Pero los religiosos incluso negociarán con una funcionaria de un hogar del Sename con tal de que resulte el homenaje, los abusos sigan siendo ocultados y las denuncias silenciadas. Eso es Fe de ratas, la nueva obra de la compañía Teatro La María.