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¿Por qué el Rally Dakar no y Formula E sí?

Nicolás Vergara hace un análisis de las decisiones tomadas con respecto a estas carreras automovilísticas, en el segundo mandato de la presidenta Michelle Bachelet.

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26 Mayo, 2017

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En Enero de 2008 la caravana del Rally Dakar ya estaba en Lisboa lista para iniciar una nueva aventura africana, pero el Ministerio de Relaciones Exteriores de Francia -después del asesinato de cuatro franceses y de tres militares- recomendó de manera taxativa no ir a Mauritania. La edición 2008 del rally es anulada.

Las autoridades francesas habían descubierto amenazas terroristas que tenían al rally como objetivo. Tres semanas más tarde, el 1 de febrero, un atentado en pleno corazón de Nouakchott confirmaba lo atinado de la abrupta cancelación.

Un par de años antes un grupo de entusiastas chilenos encabezados por Andrés De Carcer, habían organizado con mucho entusiasmo y un gran costo económico personal, un Rally Raid en nuestro país, el que había colocado a nuestro desierto de Atacama en el radar del mundo del Rally Off Road.

Por ello no fue sorpresivo que ante la inestabilidad del continente africano, los organizadores del Dakar miraran hacia nuestro norte y buscarán el apoyo de nuestro gobierno para su realización. Muchos nos sorprendimos gratamente con la acogida del gobierno socialista hacia una “burguesa” carrera de autos y motos, claro que no fueron pocos los medioambientalistas que pronosticaron los peores desastres y los que hablaron incluso de derroche.

Pero contra viento y marea la subsecretaria de Deportes encabezada por Jaime Pizarro, y la DIRECON de Carlos Furche, sacaron adelante la llegada a Chile, y a nuestro continente, del Rally Dakar.

Fue una decisión que aporto quizás como nada a la imagen de Chile, de hecho fue una de las primeras intervenciones exitosas de la entonces naciente Fundación Imagen de Chile. Lo de exitosa no es solo un decir, fueron cientos las horas de TV y fotos que entre 2009 y 2014 se esparcieron por el mundo durante la primera quincena de cada año y que le generaron a Chile que vinieran muchos turistas y por sobre todo múltiples alusiones a lo extraordinario de nuestro desierto, a la calidad de nuestras comunicaciones, y a la efectividad de los servicios públicos involucrados en su operación.

En resumen fue una jugada y a la vez acertada decisión de la Presidenta Bachelet que el Gobierno de Piñera mantuvo, consiguiendo inclusive que la edición de 2014 tuviera la llegada en Valparaíso.

Pero en el primer año del segundo Gobierno de la Presidenta Bachelet, la Ministra Natalia Riffo nos anunció que el gobierno no apoyaría la pasada por Chile del Dakar. Se arguyeron razones medioambientales, el terremoto de Tarapacá y otros argumentos.

Pero al menos a mí me quedó la sensación de que una competencia de ese tipo no era “coincidente” con el “modo” del gobierno de la Nueva Mayoría.

Por eso no deja de llamarme la atención que en la postrimerías de su segundo gobierno la Presidenta, más bien su ministro de Energía Andrés Rebolledo, nos anuncie la llegada de la Formula E, asumiendo un compromiso económico modesto pero significativo del Estado con otra competencia automovilística.

Sin embargo, aunque el impacto de la Formula E no es comparable de manera alguna con el del Rally Dakar, las imágenes de la carrera sin duda darán la vuelta al mundo en una decisión que no puede si no ser aplaudida.

A través del mundo se podrá ver a los monoplazas de la Formula E desplazándose por las calles de una ciudad moderna pero de contrastes, los autos cruzaran dos puentes del Mapocho y los telespectadores podrán conjugar la imagen del Museo de Bellas Artes con la torre de Telefónica y ver a lo lejos el Mercado Central y la estación Mapocho además de circunvalar la estatua del General Baquedano.

Pablo Esquella, Andrés Rebolledo y Eliseo Salazar nos trajeron una gran noticia, qué bueno que nadie haya considerado que el perfil político del promotor de la Serie (Alejandro Agag, yerno además de José María Aznar), ni el origen de las empresas patrocinadoras u otras consideraciones hicieran inviable la Formula E como en su momento lo hicieron con el Rally Dakar.

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